
Me acuerdo que hace unos años el altísimo Luis Alberto Spinetta hizo una canción hermosa inspirada en el hincha de Racing que murió durante un partido contra Boca. En realidad fue asesinado por un imbécil que tiro una bengala de la tribuna de enfrente, por ahí el tipo solamente quería festejar pero lo cierto es que lo mató para siempre. Todavía me conmueve el recuerdo. ¿Como un hecho tan feo podía inspirar algo tan lindo? Una parte de la canción decía así:
por un color, sólo por un color, no somos tan malos ya la cancha estalla en nada.
Sin darme cuenta voy cayendo en cruz hacia el cenit, el cielo ya no tiene mis pies. Y la espiral que me habrá de llevar no es mejor que todas esas vueltas que dí.
El pobre hincha de Tigre que fue ejecutado el domingo de un piedrazo por un descerebrado me recordó la canción. La diferencia es que esta vez no fue sin querer. El hijo de puta lo quería matar -efectivamente- solo por ser de Tigre. Hubieron varios advertencias pero una fue muy clarito: el DT de Chicago, Ramacciotti, una semana antes amenazó de muerte a un jugador de River. Se vio en la TV y nadie hizo nada. El hincha de Tigre se llamaba Marcelo Cejas tenia de 41 años y había ido a la cancha con sus dos hijos.