Hay una guerra aquí, donde estamos: la guerra peronista.
La llegada de los Kirchner a la realidad argentina, su discurso y, básicamente, sus controvertidos gestos, han puesto al país en guerra. Es su mérito mas seguro
Los actuales enfrentamientos son serios, mortales, crueles, peligrosos para el futuro; abandonaron las palomas mensajeras. Participamos de batallas con un alto contenido mediático y un saldo: la sociedad hecha trizas.
Internet bulle, arde la computadora; llegan mensajes, no dejan de llegar. Kirchner encendió el fuego, sin ninguna intención de apagarlo. Justicia: había material altamente combustible en la historia/memoria del país. La discusión está llegando al río.
No es el nuestro un combate ideológico, es una trifulca de adjetivos e improperios, de reproches y culpas. Hoy se advierte fácilmente que el total del peronismo es un matrimonio separándose en el peor de sus días. Eso somos. Hay polenta, pasión, intolerancia. Hay platos rotos
Por www. recibo el material de 5 foros que defienden al actual gobierno. Nada se pierde, todo se contesta. Se reciclan las frases, se habla de revoluciones inconclusas, se denigra al contrario mentándole una tía que se prostituye en Bombai, todo sirve. La vieja militancia reproduce ardores juveniles. Vale lo de Neruda: nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Algunos parece que estarían usando sildenafil (lea Viagra) para elevarse a la categoría de primeros adelantados de la revolución kirchnerista. El filósofo televisivo uno de ellos. (sige acá...)
Leído en BlogBis
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