Estos días que no me dio la gana escribir nada estuve recorriendo desganadamente cientos de paginas de noticias y opiniones de los mas diversos temas. Salvo contadas excepciones sigo sin poder entender la dicotomía profunda que existe lo que se dice y lo que se hace, entre lo que “me gustaría que sea” y lo que “es”. Particularmente en Argentina encuentro opiniones, preguntas y respuestas totalmente alejadas de la racionalidad. Imbéciles o cínicas. Pensamiento que ocultan con artilugios retóricos su vocación por el fanatismo y la antimodernidad. Al mismo tiempo, con una cáscara renovada, en los grandes partidos “nacionales y populares” argentinos se sigue evidenciando la peor forma de nacionalismo fascistoide, xenofobia retrógrada y hasta racismo. Algunas veces de manera abierta, otras disimuladamente. Esta realidad cínica la interpreta mejor que nadie el gobierno actual y su sucesión conyugal para seguir desvalijando el país con una voracidad terrorífica.
- ¿A nadie le importa esto? - Solo un odio visceral acompañado de un falso y presuntuoso intelectualismo puede explicar semejante realidad. Otro motivo, mas probable, es que la hipocresía de los grupos dirigentes los lleve a "no ver" es realidad porque -hoy- tiene unos pesos mas en sus cuentas.
7 comentarios:
Hay dos cosas.
Una es la predisposición del ser humano a auto engañarse (el opio de los pueblos por ej.) y las mentiras "sociales" que facilitan la convivencia.
Otra es la construcción de la mentira oficial sobre la condición y naturaleza del Estado argentino, un monstruo inhumano, insensible, inmoral, etc. que la va de Gran Cosa y es una máquina de frustrar.
Es importante intentar acotar primero lo uno (simple y certero el abordaje de Alice en lo del tío Bugman) para entender lo otro como su deformación patológica. Segundo es importantísimo tener en cuenta que el Estado argentino fue así desde su orígen, en realidad desde mucho antes de que surja como tal.
Hace más de tres años que vengo intentando analizar este fenómeno, al que llamo "esquizofrenia social". A pesar de que este mote, por lo novedoso, ha sido rechazado por los especialistas que he consultado sobre el tema, creo que de eso se trata.
S2
Ambos (Víctor y Pau) me brindan explicaciones o aproximaciones muy interesantes a mi profundo desagrado por los discursos imperantes, que para mí son formas de manipulación dialéctica: crear un concepto emocionalmente positivo, imponerlo mediante algún tipo de propaganda o tautología consistente y procurarse una legitimidad que no excede lo verbal, mientras la conducta sigue teniendo la lógica primitiva del poder, que es tener y controlar todo.
¿qué decía el comentario suprimido?
Mientras no se escapen para adelante y nos embarquen en otra guerra...
Yo no borré nada, fue un comentarista. Cuando yo borro no queda nada.
El comentario suprimido es mío, lo suprimí yo. Decía lo mismo que el comentario que no suprimí, pero con errores de tipeo. Debí haberlo aclarado. Perdón.
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