Retenciones y soja

Los 30 días de tregua entre los agro-piqueteros y el Gobierno se pasan volando, si no hay novedades vamos a volver a la misma situación lamentable muy pronto. Con tanta lata política y distorsión ideológica hay algunas puntos que no quedaron claramente expresados. Es muy contraproducente mezclar todo, hay que ir por partes. Para intentar entender la situación no es conveniente hablar al mismo tiempo de oligarquía, piquetes, trabajo en negro, ecología, reforma agraria, deforestación, 4 x 4 y los zapatos de la Reina. Por eso, hablemos de las retenciones y soja.

Las retenciones no gravan la renta, no graban la ganancia. Castigan el directamente ingreso. Supongamos que en una zona sojera buena se obtenga 100 y que su costo sea de 30, el productor tendrá que pagar sus costos directos con algo menos de 60 que le quedarían después del 40% de retenciones. Y arreglarse para la próxima campaña, amortizaciones y demás con los 30 que le restan. La cosa se complica en zonas marginales donde para producir esos 100 sea necesario gastar 50. El productor de esas zonas tendrá que arreglarse para pagar sus costos con los mismos 60 que percibe el de la zona buena, es decir, tiene que conformarse con 10 (hay casos en que en esta cuenta resulta negativa). Por supuesto que con lo que le queda todavía deberá pagar un sinnúmero de impuesto y tasas. La primera conclusión es que las retenciones son regresivas, es decir paga proporcionalmente mas el que menos gana.

El sistema de "retenciones móviles" elimina el impacto de las variaciones de precio internacionales en el mercado interno por lo que dejaría de ser atractivo conservar la cosecha, venderla anticipadamente o lo que decida hacer el responsable. Es decir: elimina la especulación, y eso es muy malo. A pesar de la mala prensa que tiene la palabra "especulación" convengamos que es la base del capitalismo. Esta realidad va a provocar una inmensa concentración de operaciones durante la cosecha situación que va a ser fatal para los que no tengan capacidad de almacenaje o financiera.

Otra frase que se escucha en estos días con obstinada perseverancia es el tema de los "pequeños y medianos productores". Eso es muy útil para sensibilizar un discurso de campaña pero no tiene mucha correspondencia con la realidad. La rentabilidad de la tierra no tiene relación directa con el tamaño de la explotación en el caso de la agricultura anual. Eso me van a tener que creer (o chequear en el último Censo Nacional Agropecuario, revistas CREA y demás publicaciones super divertidas). Al contrario, muchas veces el pequeño y mediano productor es mas eficiente. Es posible que tenga que incurrir en algunos costos extras pero es muchísimo mas adaptable y ágil. Aparte en la mayoría de los casos no hace diferencia entre ganancias y su propia remuneración. Hay una cosa que si es incuestionable, un pool de siembra o un mega inversor en la eventualidad de tener un mal año, en el peor de los casos cambiará la estrategia y mix de sus inversiones. En cambio un productor chico se funde sin mayores digresiones.

¿Entonces que? El productor de las zonas buenas y de gran producción tiene un patrimonio mayor y una "rentabilidad extraordinaria" por lo que debería pagar mas impuestos -claro que si-. Pero para eso ya existe el impuesto a las ganancias, bienes personales y sobre todo inmobiliario que debería ser mas alto todavía. Ese esquema no es regresivo, paga mas el que ganas mas y permite el desarrollo de zonas que hasta hace muy poco tiempo tenían que conformarse con criar unas cabras y esperar que pase la vida. La soja resistente al glifosato (el yuyo como le dice la Reina KK) es una bendición para zonas muy pobres de la Argentina y además no degrada el suelo como la agricultura tradicional. Claro que la distribución de la riqueza quedaría en manos de los gobiernos provinciales, municipales y el mismo productor.

El Gobierno central, después de destrozar la ganadería, la producción lechera, el negocio del trigo y varios mas, ahora se ensaña con "el yuyo" exclusivamente con fines recaudatorios, castigando de manera injusta y desproporcionada a los productores.

Otra cosa, solamente el 5% de la producción de soja se exporta en bruto; el resto se exporta como aceite, harina y subproductos industrializados.

Otra cosa II por si alguien tiene alguna sospecha: no tengo ningún interés en el negocio "del yuyo” y ninguna relación con esta plantita, excluyendo a los brotes que le puse al wok de anoche.

Ora cosa III: es de locos que un estado entorpezca tan burdamente el ingreso de riquezas genuinas a su propio país. No lo puedo entender.