17/2/09

Se me terminaron las vacaciones. Después de un interesante y largo almuerzo de mar, puse proa hacia el noroeste sintiendo una mezcla extraña de euforia serena por volver y nostalgia por el final. Mientras alcanzaba velocidad de crucero en la radio arrancaba El Salmón, la formidable versión del Indio Solari sumada a la belleza inquietante del paisaje me obligaron a ajustar la visera muy cerca de los anteojos y agarrarme fuerte del volante. Es muy raro encontrar una radio como la 91.1 que pase buena música durante mas de dos horas. Se alternaban canciones de Prince, Clapton, los Redondos, Zitarrosa, Bob Dylan, Calamaro, Springsteen (y otros que no tengo idea) con un buen gusto que vale la pena recordar. Con un arranque así se hace mas fácil llegar. El viaje fue bueno, ya estoy de vuelta.

16 comentarios:

GABU dijo...

VÌC... ¡¡¡Bienvolvido entonces!!! =)

Que delicia navegar...
Cuando te leo estos pòstulos se me proyectan las imàgenes y saldrìa corriendo hasta la guarderìa para aunque sea abrazarme a la primer canoa que se me cruza!!!

P.D.:A esa radio se le chispò un FLOYD y listo el posho,eh?! ;)

BESOTES A VELA

choripanboy dijo...

a ver si se lo ve el 6 por el abasto
abrazo

Victor dijo...

Hey Gabu! ... ¿viste? ya volví.

No se si es un poco confuso el texto pero viajé en auto, en automóvil ... lo de "proa hacia el noroeste" era un recurso cursi (un recursi vendría a ser) ... De todas maneras me encanta navegar, sobre todo a vela.

La radio estaba bueníiiiisima, increíble una radio así en estas épocas de cumbia, regatón y folcloristas que propalan alaridos espantosos.

besos

Victor dijo...

Master Chori! que gusto verlo. El 6...? Bueno. Voy a hacer lo posible, si señor.

Gabriela dijo...

bienvenido!
que suerte que vamos juntandonos nuevamente en este espacio etèreo pero contundente!

Amo manejar y escuchar mùsica... hoy no tenia ganas de llegar...

Saludos!

goolian dijo...

Uruguay es lo más !
Yo estuve tres semanas y lo disfruté mucho.

Sobre todo el dulce de leche con crema de Conaprole ;)

Victor dijo...

Hola Gabriela!... tanto tiempo. Si, se van terminando las vacaciones inexorablemente. Me gusta manejar largo, sería camionero con mucho gusto.

Estimado Goolian: disiento! el Lapataia es superior. Ja ...

Uruguay es encantador, definitivamente, es un país en paz con si mismo. Con una dirigencia civilizada y un proyecto muy claro. No cultivan el rencor, el resentimiento ni el odio como en la Argentina. Cuando piso suelo uruguayo siento un sosiego y serenidad especial. Para muestra sobra un botón: Fijate solamente como tratan a sus autos, se pueden ver modelo '30, '43, '57, '75 y contemporáneos impecables. Da la impresión que así tratan a todos sus recursos.

goolian dijo...

Otra cosa que a mí me obsesiona pero reconozco es un tema raro.
Las imágenes que los países deciden poner en sus billetes, en su moneda.
Nosotros tenemos una abrumadora mayoría de militares. Algunos indiscutibles tal vez, pero de todas formas gente violenta.
Brasil tiene animales y algunos músicos como el inefable villalobos.
Cómo olvidar el viejo billete de 50 francos francés con Saint Exupery y el Principito !
O los viejos marcos con Clara Schumann y Gauss.
Uruguay siempre tuvo gente de la cultura en sus billetes.
el de 20 a Pedro Figari, el de mil a Gabriela Mistral.
Y el viejo de 5 que para mi decepción no existe más, era mi preferido, Joaquín Torres García con un hermoso cuadro contructivista al dorso.

Para cuándo la avenida Cándido López en Buenos Aires ????

Almafuerte dijo...

Yo cultivé la misma superstición de Uruguay cuando era una adolescente de ciudad (y también navegaba, ah, si habré vomitado sentinas...)

Después empecé a viajar, a conocer el país, y encontré lo mismo en cientos de pueblos del interior de la Argentina: sosiego, gentileza, buenas maneras de antaño, y un ritmo de vida más razonable y más saludable que el de las ciudades grandes... es imposible no enamorarse o codiciar lo que uno NO tiene...

Obviamente son coincidencias basadas en la escala (poblacional, económica, etc.), el contacto con la naturaleza y la distancia a las mega concentraciones urbanas y sus falencias. Y como el paraíso no existe, tambíen están las carencias y limitaciones de la pequeña escala. Nada es perfecto.

Yo me estoy yendo unos dias a mi Paraíso personal, y es dura la vuelta, lo lindo es poder ir y volver seguido.

Victor dijo...

goolian: cierto, buen punto el de los personajes de billetes. Yo le haría homenajes a los filósofos, físicos y especialmente a los matemáticos como Leibnitz, Euclides, Cauchy, Fermat, Newton, Tales,Cauchy, etc, etc... ah! y al Gran Calderon para nos ser tan cipayo vendepatria. Fuera de joda, Calderón es un grande, debería estar en un billete.

Almafuerte: te aclaro que te tengo respeto y aprecio. Bueno, aclarado ese punto, procedo a contestarte: No se me aplica el inicio de tu comment, hace ya algunas décadas que dejé de ser adolescente y no soy de ciudad (vivo en el medio del campo). Lamentablemente lo de los pueblos del interior amables, honestos y hospitalarios es uno de los grande mitos argentinos, hay gente tan buena y tan mala como en la metrópoli. Inclusive peores. Conozco bastante el interior, y por tierra.

También conozco bastante la ROU (por placer pero también por trabajo) y lo que digo sobre su gente lo ratifico. Sus defectos me los guardo por cortesía.

No creo que sea una cuestión de escala, definitivamente, algunas de esas virtudes la encuentro los brasileros.

Saludos cordiales.

MM dijo...

Qué bien redactado. Me puso en situación tu relato.

Saludos!

goolian dijo...

Bueno el billete alemán tenía la efigie de Freidrich Gauss y la fórmula de la distribución que lleva su nombre.
Perdón, pero quién es Calderón ?

Victor dijo...

Master Gronch: gracias por el cumplido. Me alegro por tu regreso al éter. Un abrazo

Victor dijo...

Goolian:Alberto Pedro Calderón

Claude dijo...

¿Ibas a contramano como el salmón? Si no hay música buena está bueno escuchar el motor, salvo que tengas un vehículo silencioso. Bueno, buena vuelta y hasta pronto.

Almafuerte dijo...

Victor, todo bien. Me refiero principalmente a cómo yo idealizaba lo de enfrente cuando no conocía lo de al lado. Y ésa es una mezcla de superstición y desconocimiento que observo muchísimo entre mis congéneres urbanos capitalinos.

Con la escala no me refiero al país, sino a una comunidad más pequeña (provincia, región o pueblo). Las relaciones interpersonales son diferentes, los problemas son concretos y cercanos, y el ritmo es otro. Ya se que no es ideal y que hay gente mala en todas partes, pero en las ciudades grandes el anonimato, la deshumanización, la abstracción de los problemas y la lejanía remota de las soluciones, todo conspira para desgastar el ánimo.

En diez manzanas de Palermo o del centro de Avellaneda vive la misma cantidad de gente que en todo Fray Bentos, o Villa Mercedes San Luis, a ojímetro. A ésa diferencia de escala en la complejidad de problemas me refiero.