Tenía marcado
este articulo de Perfil del domingo pasado, es muy recomendable. Juan José Sebreli intenta nuevamente entender el origen del pensamiento que alimenta a los intelectuales dominantes en la política actual. Esta muy en línea con su libro
El olvido de la razón que me gustó. El pdf del primer capítulo se lo puede bajar
acá. Su lectura contribuyó bastante a que empezara a entender este fenómeno y su obscena relación con la corrupción.
3 comentarios:
Muy bueno!; lo había leído en papel pero lo volví a leer y valió la pena.
El problema que tengo que estos tipos es que son tan desespiritualizados. Peter Hitchens señala la falta de espíritu en las ideas como una receta infalible para su fracaso. En cambio, la gente cuyo pensamiento es reproducido en el Mises Institute tiene espíritu y lo que José Ingenieros llamaba “la emoción de un ideal”. Sin eso, las ideas pueden no ser más que cachos amorfos de texto. Ideas como las de Sebreli no han fracasado por erradas (de hecho, para mí son acertadas) sino porque sus autores las han truncado y les han impedido desarrollarse hacia ideales con una representación espiritual en el hombre. En cambio, los populistas han hecho exactamente lo contrario: han manipulado las emociones humanas para imponer mentiras inexpugnables. ¿Por qué tenemos que dejar el espíritu y las emociones en manos de demagogos y totalitarios cuando tenemos razón?
(Digo "tenemos" para sumarme, no para ponerme a la altura de nadie, se entiende.)
Claude: tal cual! Me detendría a conversar sobre esto que decís. No terminaba de asignarle aristas a la idea, pero creo que las que le ves vos están bien.
La falta de espíritu en las ideas... dentro de mi epistemología parece un contrasentido pleno!! sin embargo, es así, hay ideas que, por más buenas que estén, no tienen onda. Y hay ideas (muy parecidas a éstas primeras) que si lo tienen!!
Yo creo que se trata de niveles lógicos inaccesibles al conciente, cuyos matices son imperceptibles para la lógica doméstica cuando se trata de ideas justo en la frontera de lo cierto.
No alcancé a expresarlo! otra vez será.
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